Las redes sociales de la Era Digital no son sino una transcripción electrónica de una situación que se produce en el mundo real desde la existencia del hombre y su agrupamiento con otros miembros de su especie, para generar un sistema relacional o Sociedad. El concepto no es nuevo en absoluto, pero sí lo es la utilidad que proporciona la explotación de la tecnología para su gestión y desarrollo, en el ámbito de los Servicios y Contenidos Digitales.
El ser humano siempre ha establecido vínculos con semejantes con los que comparte algún tipo de afinidad personal, profesional u objetivos comunes. Y es dentro de estos vínculos y sistemas de apoyo donde se desarrollan sus actividades, que no hacen sino satisfacer sus diferentes necesidades en sus distintos grados, desde las biológicas o más básicas, hasta las de auto-realización, según el esquema introducido por Abraham Maslow en su jerarquía de necesidades.
La necesidad de satisfacer lagunas de conocimiento, de saber, conocer, dominar y aprender; al fin y al cabo, de manejar herramientas, es clave para la subsistencia de la especie humana.
Del mismo modo que hoy en día concebimos que hay determinadas actividades que son desarrolladas de manera más satisfactoria, en sentido amplio, cuando se realizan en grupo, dado que de este modo cubren más y mejor diferentes objetivos (ocio, deporte, trabajo), también entendemos que dentro del proceso de instrucción y aprendizaje de una persona la componente social o grupal juega un papel clave. Llamémoslo aprendizaje colectivo, compartición de conocimiento, dinámica social, conciencia de grupo, aprendizaje por imitación o compartición de experiencias o como corresponda según el interés y el contexto; aprendemos más y mejor cuando lo hacemos con semejantes, con otras personas que están aprendiendo con nosotros. Y esto es el aprendizaje social, social learning o we-learning. Nosotros aprendemos en red.
Linkedin, Facebook, Xing, Tuenti, Twitter, etc. son la herramientas, instanciación o realización, hoy en día, de las redes sociales (aunque mañana podrán ser otras) y al igual que a la calculadora no la denominamos e-ábaco o ábaco electrónico, el apelativo e-learning dejará de utilizarse para referirse a un proceso de conocimiento que utiliza herramientas electrónicas. Y, por supuesto, no se concebirá que este no se desarrolle, entre otras cosas, a través de dinámicas propias de las redes sociales llevadas a lo digital.
Nota: Este post también ha sido publicado en la plataforma elios en red, que pretende ser punto de encuentro de la innovación en formación.