Durante demasiado tiempo he titubeado; no me he atrevido. He pensado que era cosa de mayores, que no tenía mucho que aportar, que era un follón y que no tenía nada claro si quería seguir dejando tanta huella digital por ahí perdida para la posteridad o si quería encadenarme a la esclavitud de la rutina (disciplina!).
A pesar de mi perfil teóricamente techie, esto del blog es algo que se me antoja muy grande. Seré capaz? Podré ponerme al día? Conseguiré que funcione? Barrera de entrada; miedo, incertidumbre, vagancia.
Sin embargo, a lo largo de los últimos meses he experimentado una sensación extraña que retomo de cuando era pequeñajo. Y es que, a pesar de que nunca he escrito, lo he echado de menos… Me habría gustado haber tenido el arrojo de haber caminado antes para haber tenido la «plataforma» lista para compartir-me algunas cosas que he vivido (disfrutado, sufrido o simplemente pasado) y que ya no pertenecen a este presente. Coste de oportunidad.
Y me habría gustado mucho compartir, en blanco sobre negro y conmigo mismo, aquellas cosas que se me pasan por la cabeza y que son importantes para mí, como pueden ser el desarrollo y la superación personal, la eficacia y la eficiencia, (intentar) hacer las cosas bien (y conseguirlo… p.ej. Velneo), la tecnología en cuanto que negocio, la estrategia, el liderazgo, el emprendedurismo, la comunicación, el voluntariado (la Cruz Roja y en particular Cruz Roja Colmenar Viejo…), la formación (Instituto de Empresa, Human Dimension, Dirección General de Protección Civil, nuevamente Cruz Roja y otras tantas importantes), la gestión de proyectos y muchas otras cosas.
Lo más importante de todo, por el momento, es aquello de superarme (llevar mis barreras más allá) y caminar para hacer camino. Ya veremos adónde llego.
(Y ya estoy empezando a pensar que esto del blogging me va a llevar más de lo que me puedo permitir… En fin, una más…).
Marcos Eguillor 